OMAR BAÑOS
El niño del mesón, soy yo
Escribir no era algo que se daba en mi familia.
Escribir no era algo que se daba en mi familia. Mi mamá nunca aprendió a escribir ni a leer. Y mi padre solo terminó sexto grado a finales de los años treintas. De ellos aprendí la tradición oral de contar cuentos y leyendas del pueblo que luego incluiría en mi trabajo literario.
Descubrí el placer de la lectura y la escritura en mi primer año en la universidad Occidental College en la ciudad de Los Ángeles, California, Estados Unidos, a los cuatro años de haber llegado de El Salvador. Pasé 21 años de mi vida sin tener la mínima ideal del placer de la literatura.
Me gradué de la universidad con una licenciatura en Literatura Latinoamericana en 1998, donde empecé a escribir poesía en las clases de español. En 1996 seguí mi nueva pasión y me dediqué a escribir poesía con la ayuda de un mentor, Marcos Roca, profesor de filología de la Universidad Complutense en Madrid, donde estudié un año. Ahí emprendí el viaje de una nueva experiencia a escribir un manuscrito del monólogo Hasta que nos volvamos a encontrar, una historia de frenesí que recuerda un hombre mayor de los viejos amores de juventud.
El Salvador siempre fue un lugar al que quise volver. Así lo hice; regresé a vivir a El Salvador en 1998, donde me integré a una organización LGBT de base comunitaria y donde desarrollé mi vocación al servicio social. Desde entonces me he dedicado al trabajo en organizaciones no gubernamentales para mejorar la calidad de vida de personas LGBT y de personas con VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Entre 2001 y 2006, escribí una columna de opinión sobre sexualidad, salud sexual y política para elfaro.net, una publicación sobre cultura y política en El Salvador. Entre 2001 y 2010, trabajé como editor de la revista Impacto!, una publicación sobre VIH, salud sexual y cultura publicada en la ciudad de Los Ángeles. Además realicé trabajos de traducción de material como Sexilio de Jaime Cortez.
Desde 2010 trabajo en MPact, como asesor técnico para promover y abogar por los derechos y salud de hombres gais y bisexuales a nivel global. Ahí he logrado conocer personas dedicada a la labor social en contextos peligrosos en África, Vietnam, Camboya e Indonesia entre otros países en Asia del Este. Durante diez años he recogido experiencias e historias que alimentan mi creatividad literaria.
Entres las obras que han marcado mi estilo literario se encuentran El mismo mar de todos los veranos, de Esther Tusquets, Cien años de soledad, de García Márquez, El beso de la mujer araña de Manuel Puig y la poesía de Pedro Salinas y Pablo Neruda. Escribir es una vocación y el medio para crear el mundo como lo recuerdo y como lo entiende.
Las luciérnagas quizá no volverán es mi primer libro publicado. Entre mi planes está publicar poemarios homo-eróticos y dos libros de ficción en el 2020.